El cuándo…
Osvaldo dice que lo vio venir, que cuando el presidente se refirió a las deformaciones del trabajo por cuenta propia en la clausura de las sesiones de la asamblea nacional, él sabía que no tardaría la reacción práctica.
Y llegó. Casi medio centenar de actividades por cuenta propia no tendrán nuevos miembros hasta nuevo aviso y unas pocas desaparecerán de las aprobadas en ley hace menos de una década.
Hay gente que entiende, generalmente gente que trabaja con el estado, se dedica a la economía informal y por lo tanto vive al margen de contribuciones y formas -el chiste del barrio el día que se publicaron las modificaciones era que el mejor negocio era el de la bolita, que no «llevaba» licencia-…, la que no se afecta por ningún costado, a fin de cuentas.
Pero mucha gente no entiende. La que ya tiene sus papeles de cuentapropista y ahora se pregunta lo que vendrá después. Los que tenían planes para abrir su timbiriche o su casa de citas, su paladar o sus equipos para fiestas, con inversión incluida, con planes dejados, con proyecto de vida, y ahora ven todo perdido.
Es una readecuación. Es un perfeccionamiento. Es lo que se repite en la prensa, aunque la propia desconfianza que generan las nuevas medidas ya sean un mal síntoma para todos, incluidos los emprendedores en potencia del sector no estatal dentro y fuera de Cuba, a fin de cuentas, y aunque la ley no los menciona, buena parte del dinero que sustenta los negocios más sólidos de la Isla proviene de la emigración. Pero lo más importante, o por lo menos lo que le hace perder el sueño a Osvaldo y a otros como él, no se dice por ninguna parte.
A la gente que le importa, le inquieta el cuándo.
Un plazo, insiste Osvaldo, hubiera sido algo. No todo lo necesario, todo lo calmante, pero mejor que nada.
Publicado el agosto 11, 2017 en Uncategorized. Añade a favoritos el enlace permanente. 2 comentarios.
cuentapropista, palabra inventada por el regimen para agrupar al trabajador privado. Le temen a que la gente mejore!
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No tiene ni pies ni cabeza prohibirle a la gente trabajar. Cualquier perfeccionamiento, nuevo control, medida impositiva, puede hacerse sin necesidad de restringir licencias y parar el crecimiento económico. .
Es un abuso mas que hay que aguantar callados o con una tibia protesta, porque en realidad no hay solución. No hay instituciones, ni leyes, ni respeto al ciudadano y por eso arbitrariamente hacen estas cosas. Con quien formalmente quejarse? Donde protestar? Que solución encontrar? Como cambiar al gobernante que toma tan absurdas e injustas decisiones?
Da pena, de verdad no veo que esto genere confianza para invertir en Cuba. Los capitalistas extranjeros (a los que protege su inversión una ley muchísimo más benévola que al nacional) deben de ver con recelo a estas autoridades que de un dia para otro y sin aviso y sin consideración y sin votos, cambian a dedazo limpio las regulaciones.
Nada nuevo bajo el sol cubano.
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