Hubble “caza” a galaxia antigua

Una luz tenua detectada por el telescopio espacial Hubble pudiera ser la galaxia más antigua vista hasta ahora, con unos 13.200 millones de años, informaron investigadores de Estados Unidos y Europa que tratan de indagar los orígenes del Universo.

«Estamos mirando detenidamente una era donde grandes cambios están en marcha», dijo del hallazgo Garth Illingworth, de la Universidad de California en Santa Cruz, uno de los científicos que trabajó en el estudio.

En la revista Nature, donde se publicó el descubrimiento, agregó: «La elevada velocidad a la que la estrella naciente está cambiando nos dice que si nos vamos un poco más atrás en el tiempo veremos incluso cambios más drásticos, más cerca de cuando las primeras galaxias estaban empezando a formarse».

Al parecer, la luz captada por el Hubble comenzó a viajar cuando el Universo tenía sólo 480 millones de años de formado, lo cual pudiera dar muchas pistas sobre los tiempos siguientes al Big Bang.

La distancia se mide utilizando lo que se denomina corrimiento al rojo, una especie de efecto Doppler de la luz. Así como el silbato de un tren parece cambiar de tono a medida que se acerca, el color de la luz también se modifica.

Esta galaxia tiene un corrimiento al rojo de 10, lo que la convierte en la más antigua jamás vista. El récord anterior, establecido en octubre, era de una galaxia con un corrimiento al rojo de 8,5.

«Sin embargo, sólo cuando el Telescopio Espacial James Webb sea lanzado se revelarán estas primeras fases de desarrollo de la galaxia (con corrimientos al rojo de entre 15 y 10)», escribió el equipo.

El Hubble, lanzado en 1990, puede ver la luz tenue de estas antiguas galaxias debido a que orbita fuera de la atmósfera de la tierra. Está programado que el potente telescopio Webb sea lanzado al espacio en 2015.

El kilo baja de peso…

por Lilibeth Alfonso Martínez

No es una broma: el kilogramo ya no pesa 1.000 gramos

Al chiste tradicional cubano de que el kilo no tiene vuelto, se suma una muy seria investigación de científicos de todo el mundo, reunidos en la costosa Londres, para redefinir la masa real del kilogramo, una de las siete unidades básicas del Sistema Internacional de Unidades (SI).

El kilo mantiene como patrón una pieza de platino iridio fabricada en Londres en 1879 y guardada en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas de París desde 1898, cualidades que no comparte con ninguna otra de las unidades de medidas.

Al parecer, el problema es que la pieza original ha perdido peso, exactamente 50 microgramos, el equivalente a lo que pesa un grano de arena de 0,4 milímetros, de acuerdo a varias mediciones entre el patrón original y copias sacadas durante años, según el físico José María López.

La opción para evitar una debacle que se me antoja similar al llamado Error del Milenio, dadas las implicaciones de un cambio de unidad semejante para la industria, la electrónica y la vida en general, parece ser la constante de Planck.

Sin embargo, López considera que «el futuro está en el número de átomos porque su peso no varía en absoluto».

El objetivo final de todas las revisiones es que todas las unidades básicas, la base del sistema mundial de medidas, sean estables y universales. Junto al kilo, el resto de unidades básicas son el segundo, el amperio, el kelvin, el mol y la candela.

Zancadillas informáticas y una disculpa

Un blog es constancia y sacrificio. Actualizar a diario, con lo último y más interesante al clic de los cibernautas, es clave en esa autopista de la información que para esta servidora es más un trillo que se ensancha de vez en cuando, sin internet en casa y unas otras siete mentes ansiosas por conectarse.
En estos días, han pasado muchas cosas y me perdí la posibilidad de comentarlas. En lo internacional, siguen los vaivenes económicos y los dime que te diré en cuanto a si el mundo rebasó o nada todavía en los impasse de la crisis económica global.
Más cerca, tuvimos varios acontecimientos. En El Paso, Texas, uno de los terroristas más temibles del mundo, con cientos de muertos en sus espaldas, pasa como mentiroso en un proceso judicial que daría risa si no fuera por el dolor que Luis Posada Carriles ha sembrado en toda la América.
En Asia, las dos Coreas están a punto de iniciar conversaciones de “alto nivel”, que ojalá sean de “altas iniciativas” para desterrar las tensiones entre dos países que comparten más que fronteras.
Cuba, mientras tanto, presentó la primera vacuna terapeútica para enfrentar el cáncer de pulmón, uno de los más letales, con excelentes resultados en los pacientes que ya se han sometido a ese tratamiento.
En Guantánamo, el dúo Buena Fe se presentó hace unos días con canciones de todo su repertorio, incluidas canciones obligadas de su primera producción discográfica Déjame Entrar; aunque el fuerte fueron las nuevas letras de Pi es 3,14, su último fonograma, con voces más eclécticas e invitados como Pablo Milanés, Los Aldeanos y Eliades Ochoa.
Las anteriores, por si no se notó bien, eran mis disculpas.
Por ahora…Eso es todo, amigos.

¡No se acaba el mundo en el 2012!

Dicen que pusieron la peli en una escuela primaria y los niños se echaron a llorar. 2012, una de las cintas de catastrofismo más impactantes de los últimos tiempos, se basa en una supuesta profecía maya que predecía el fin del mundo para el 22 de diciembre de ese año.

La buena nueva, para quienes vieron la fiesta en el pico de la paloma, luego de las expectativas del nuevo milenio también con sus tonos apocalípticos, es que al parecer no existe semejante afirmación dentro de la sabiduría maya.

El alivio se lo agradecemos a especialistas del Centro de Estudios Mayas (CEM), del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFl) de la UNAM, quienes recalcaron que la película no tiene sustento científico.

Al decir de los estudiosos, en su calendario los mayas no describieron una profecía, sino el término de un ciclo de 13 bactunes, equivalentes a cinco mil 125 años, y el inicio de otra etapa, aclaró María del Carmen Valverde Valdés, coordinadora del CEM.

Esa cultura tenía una noción circular del tiempo, lo que significa que la historia, en algún momento se repetir, explicó la también historiadora y doctora en estudios mesoamericanos.

Para ellos, cuando se escriben los anales se hace una profecía, pues es una concepción cíclica donde los hechos se repiten; si se habla de sus vaticinios, en realidad se trata de lo que registraron de su propia historia, en una forma de escritura la del maya yucateco que es siempre críptica y simbólica, precisó.

El calendario maya se ha estudiado y descifrado desde finales del siglo XIX, entonces, se comenzó a desarrollar una analogía de las fechas de los calendarios maya y occidental. «En esa correlación hay varias discrepancias entre investigadores, que van de días hasta años», indicó.

CICLOS DE 13 BACTUNES

Un bactún es una unidad de tiempo maya equivalente a 144 mil días del calendario occidental; multiplicada por 13 bactunes, esa cifra arroja un ciclo de cinco mil 125 años, que concluirá el 22 de diciembre de 2012.

Entonces, acabará un período y comenzará otro, sin que ningún glifo se refiera al fin del mundo o de la humanidad. No existe nada así en las inscripciones de esa cultura, precisó Tomás Pérez Suárez, también investigador del CEM.

El 22 de diciembre de 2012, en el ciclo calendárico maya, terminará un ciclo de cinco mil 125 años y comenzará uno nuevo, pero en ninguna inscripción se menciona que vaya a ser el fin del mundo, reiteró el arqueólogo.

Si se cierra una etapa de 13 bactunes, inicia otra igual, y es lo único que va a suceder, los mayas jamás hablaron del Apocalipsis, de destrucción, ni de cataclismo.

Al respecto, Valverde Valdés destacó que el calendario ritual maya (distinto del solar, y de 260 días) es una combinación de 20 signos con 13 números, de los cuales los sagrados son el nueve, relacionado con el inframundo, y el 13, asociado al supramundo, equivalente al cielo para la concepción occidental.

Valverde consideró posible que haya algún tipo de celebración en diciembre de 2012, pues existe una corriente «neomaya», sobre todo en Guatemala, involucrada en esa festividad.

Existen grupos que conservan su calendario, pero una de las cosas que han hecho que esa cultura sobreviva es adaptarse a las circunstancias.

La ceremonia de 2012 es marketing, pero si ellos la hacen propia es auténtica, aunque no significa que sea una tradición prehispánica, pues han incorporado nuevos elementos y eso los ha ayudado a sobrevivir, concluyó.

Y que siga la fiesta…

Adiós a Rufo

La noticia nos tomó por sorpresa. Rufo Caballero, el eminente crítico de arte cubano y  profesor universitario, murió ayer a los 45 años en la Ciudad de la Habana, víctima de un infarto cardíaco.

Sus restos serán incinerados, decía la nota publicada en Cubadebate, que no dio otros detalles para los miles de cubanos que lo descubrimos, unos en las aulas de la universidad, en persona los de la Habana, por referencia obligatoria los de muchas carreras de humanidades de las del resto del país; la mayoría por sus espacios televisivos.

Sus libros sobre cine, siempre desde la semántica, para los menos letrados buscando el sentido de cada escena, color, música…, para muchos otros dejado de paso, son de hondura y polémica referencial.

Para los televidentes, fue uno que nos daba qué pensar. Más de una vez estuve en desacuerdo con sus opiniones, pero igual me hacía repensar mis posiciones, cedía un poco por acá, un poco más allá avanzaba…

Su espacio, La Columna, fue de vanguardia en el pensamiento audiovisual, quizás demasiado descarnado para el edulcorante acostumbrado de la crítica televisiva en televisión…, tan echado  de menos cuando se vino abajo, o la vinieron.

En Lucas, sosteniendo el Caballete que era su figura en los últimos tiempos ya más estilizada, marcó tendencias y llamó atenciones sobre fenómenos que para otros pasaron inadvertidos. Sorprendía a veces, como aquella en la que alabó a ciertos reguetoneros…, pero igual lo seguimos queriendo.

Recuerdo ahora el chiste de un amigo asiduo a los Festivales de Cine, él toda una figura de la literatura, que decía que para elegir películas veía a Rufo y le preguntaba las mejores a su entender de académico: esas las tachaba de sus listas mi amigo.

En aquel momento me provocó risa y una sonrisa ahora, a tono con el momento; aunque en todos los tiempos fue una evidencia, la marca de que miraba lo mismo pero no así lo veía, las dimensiones del cine, los tiempos de la música, los cuadros rápidos de la televisión eran para él un mundo otro, ese al que, aunque no siempre le seguimos el rumbo, nos invitaba de vez en vez.