Un hereje en el convento. Conversación con Aurelio Alonso

 Un hereje en el convento. Conversación con Aurelio Alonso

tomado de On Cuba

por Ángel Márquez

Cuando vino el segundo papa a Cuba ya usaba un bastón. Tres años después usa dos. Las rodillas le fallan, el cerebro no. A sus 76 años, Aurelio Alonso da señales de un pensamiento a prueba de dogmas, riesgo que suele venir tomado de la mano del tiempo.

“…Si un marxista asume que todo lo que dijo Marx es válido, entonces no podría serlo”, asegura en una de sus ideas polémicas que definen a este agudo intelectual, subdirector de la revista Casa de las Américas, y Premio Nacional de Ciencias Sociales 2013.

Alonso sostiene que, como otros de su generación, fue obligado a vivir un exilio intelectual dentro de Cuba como consecuencia de la imposición de un marxismo de corte soviético, que desplazó a posturas heterodoxas de los espacios de enseñanza y difusión mediática.

La fecha de partida hacia ese exilio llegó para el sociólogo con el cierre, en los años setenta, de la revista Pensamiento Crítico (de cuyo consejo editorial era miembro) y del departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana (donde impartía clases) como consecuencia de un cerrado compromiso con la ideología del Kremlin asumido entonces por el proyecto cubano.

P.- ¿Por qué usted cree que la universidad cubana es todavía un reservorio residual de aquella ortodoxia, cuando debería ser lo contrario?

R.-Pienso que la universidad sufrió mucho un estancamiento muy fuerte en los setenta. No sé hasta qué punto se ha logrado recuperar. Hay espacios en la universidad que muestran esa recuperación, pero el cuerpo institucional en general, a mi juicio, no se ha recuperado todavía.

P.- ¿Existe un pensamiento marxista cubano en la diáspora?

R.- Hay un pensamiento cubano en la diáspora, pero no conozco un pensamiento marxista cubano en la diáspora. Creo que hay un pensamiento cubano en la diáspora que tiene mucho de positivo; incluso, a veces, aquel que es crítico hacia la Revolución. Estimo que es un pensamiento que no se puede desechar y que nosotros tenemos que incorporar; tenemos que incorporar un pensamiento de oposición también en este país, tenemos que habituarnos a eso, a que exista un espacio de legitimidad para el que piensa en contrario, no solamente distinto, que pueda polemizar, debatir, publicar, que pueda existir.

P.- ¿Eso explica su respaldo a una iniciativa como Cuba posible?

R.-Eso explica la forma en que me he manifestado en todo lo que puedo decir. Tengo un exilio intelectual se puede decir, como todos los compañeros de mi generación. No hubo exilio total porque sigo haciendo cosas, pero a mí se me vedó la entrada al aula universitaria, como a todos mis compañeros del grupo de Pensamiento Crítico. Es decir, para mí los setenta excluían la posibilidad de enseñar cualquier asignatura ideológica en un aula.

Entonces me moví hacia las relaciones internacionales y eso me llevó incluso a la diplomacia. Afortunadamente en Cuba no hubo estalinismo al extremo, como en la Unión Soviética, pero tuve que hacer una especie de exilio académico y entonces retorno a principios de los noventa y algunos de mis compañeros un poco antes, porque se creó el Centro de Estudios de América bajo la dirección del comandante Manuel Piñeiro.

Se me posibilita unirme a ese grupo y a otros compañeros de la vieja guardia también; tal vez eso determinó que el Centro de Estudios de América volviera a ser un foco y tuviésemos que afrontar otra situación de exilio interior, en esta ocasión menos dramática que la anterior.

De ahí fui a parar al Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, donde trabajé nueve años hasta que Roberto Fernández Retamar me propuso venir para la Casa de las Américas; o sea, mi vida académica no ha tenido la continuidad que hubiera podido tener si hubiera hecho una vida universitaria nada más.

Si coges mi expediente, verás que hay una producción que empieza muy temprana, pero el corte de Pensamiento Crítico nos sacó a nosotros del juego muy jóvenes y todavía con muy poca producción. De los casi doscientos trabajos que tengo publicados, más de 170, quizás más, son de 1989 hacia acá.

Lo que pasó con nosotros pasó con la Sociología, que cerró como carrera universitaria. Por otra parte la carrera de Antropología nunca se creó. Hay muchas carreras del mundo de las ciencias sociales que no existen en la Universidad de La Habana, ni en la academia cubana, porque durante años se pensó que la sociología era una ciencia burguesa y que el materialismo histórico que la había reemplazado daba la respuesta de lo que había que responder desde el punto de vista sociológico.

Si bien es cierto que la producción de la ciencia social cubana ha tenido que formarse dentro del marco de esa situación contradictoria, de esas secuencias de coyunturas adversas, se ha formado una generación de investigadores muy capaces…

P.- ¿Por qué las instancias, digamos que ejecutivas, prestan poca atención a los científicos sociales?

R.- Hay un dilema entre el político y el científico, que Max Weber estudió muy bien y le dedicó un libro, precisamente, que es un aporte de ciencia social, porque no todos los aportes de la disciplina vienen desde dentro del marxismo. Para los políticos es muy difícil aceptar que ellos no sean la expresión de la sabiduría política ante cada respuesta a la realidad; es decir, aunque teóricamente siempre estarán dispuestos a equivocarse, nunca van a estar dispuestos a que otra persona tenga razón cuando opina en discrepancia a lo que es la visión oficial.

P.-Eso es muy vanidoso.

R.- Sí, la política es…

P.- ¿Muy vanidosa?

R.-Sí, bueno, también el mundo intelectual es vanidoso. Es un pecado compartido, no es un pecado exclusivo. Cuba revolucionaria nace y se declara socialista y se hace socialista bajo el paraguas ideológico, no solamente de un nacionalismo cubano, sino de un socialismo cuya expresión institucional estaba en las filas del Partido Socialista Popular. Los de Pensamiento Crítico no éramos la posición oficial; la posición oficial la dominaba más bien la posición ortodoxa, como todavía la domina en cierta medida.

Aunque hay mucha más apertura y comprensión que antes, no puedo decir que eso se haya terminado, ni va a terminar hasta que no pasen una o dos generaciones.

P.-Y el estalinismo, ¿está muerto y enterrado?

R.-El estalinismo nunca se eliminó del todo, porque lo que hizo la crítica del culto a la personalidad fue reducir el estalinismo a un problema psicológico, es decir, darle un tratamiento de psicoanálisis. Había que criticarle los crímenes a Stalin, porque era un problema de Stalin.

Pero no era un problema solo del culto a la personalidad, era un problema que ese personaje que se llamó Stalin -también hizo cosas brillantes- y que condujo a la Unión Soviética como un monarca, como un zar, como un emperador, también deformó el país institucionalmente, y creó una noción de todopoderoso; una visión partidocrática para manejar la sociedad, de la cual nosotros tenemos mucho.

En Cuba el Partido tiene que cambiar. Yo no estoy a favor del pluripartidismo. El pluripartidismo como lo preconiza el esquema liberal es una subasta del poder, simplemente. La diferencia entre el pluripartidismo y el unipartidismo no es una diferencia cuantitativa, es cualitativa; es cómo pensamos al partido, qué función le vamos a otorgar al partido. Creo que no puede ser la función de poder que tiene ahora, pero tampoco creo que puede que ser la función de ser la expresión de una proyección en contienda por un esquema electoral. Creo en la idea de un partido revolucionario, más como lo creía Martí que como lo creía Lenin.

P.- Para conducir una guerra, pero no una república…

R.-Martí no estaba a favor del unipartidismo, pero estaba a favor de un partido revolucionario para la guerra y para formar la república; un partido que tuviera una visión ética.

Pienso que en Chibás había algo de eso también sin que fuera marxista; y en la juventud ortodoxa de la época hay un proyecto de programa redactado por Max Lesnik y otros jóvenes ortodoxos, que estaba completamente a la izquierda del programa del Moncada.

El programa del Moncada tiene el significado enorme que es el que producen los revolucionarios que han tomado las armas y que han mostrado el camino en la práctica. Esa idea de que el programa del Moncada fue superado rápidamente por la revolución es muy discutible; más bien diría que el programa del Moncada fue reemplazado por la Revolución, por un programa más afín a un socialismo estatista, que confundió la socialización con la estatización de la propiedad, y que fue muy poco realista en sentido general, y que asumió esquemas ajenos y experiencias de otros a falta de otras experiencias que existieran, y, también, debido a la influencia que tenían esas experiencias de otros ya en el país.

P.-Buscando caminos exitosos, ¿debemos mirar hacia el modelo asiático de socialismo?

R.- No sé, no sé. Creo que tenemos que crearlo nosotros a nuestra imagen y semejanza. El hecho de que los vietnamitas hayan hecho una evolución partiendo de un modelo pluralista debe inspirarnos a una apertura mayor a sectores fuera del Estado; es decir, al sector cooperativo mucho mayor, y cuando digo mayor quiero decir para grandes sectores de la industria; la industria textil, por ejemplo, la industria de confecciones, no tiene por qué ser estatal, puede ser cooperativa.

Hay sectores de la industria y del comercio que pueden ser cooperativos, y sectores también de la producción, de los servicios, que como mejor funcionan es siendo privados. Entonces, hay que lograr una configuración en que el mercado no se trague el poder de la economía, y en que el Estado pueda mantener su estatus por vía de la política fiscal. En eso hay que aprender de Estados Unidos, hay que pagar impuestos; pero no solo por vía de la política fiscal, y eso no es de Estados Unidos, también por vía del Estado empresario, que sí es muy eficiente.

P.-No está muy de moda…

R.-Pues al contrario de lo que se dice, sí ha demostrado en muchos casos ser muy eficiente, porque cuando más eficiente fue la Renault en Francia fue cuando era empresa totalmente estatal. Y hay otras empresas: la ENEL, que sigue siendo estatal en Italia, y que sigue siendo el monopolio energético en ese país. Hay muchas muestras de las capacidades del Estado de generar eficiencia, porque tiene la posibilidad de también controlar. Cuando sea un Estado que responda a los intereses de los trabajadores, va a tener más capacidad de evitar y de impedir la corrupción en la empresa estatal.

Un Estado aislado de los trabajadores es terrible porque se enquista, se anquilosa, y eso ha pasado en el socialismo en el siglo XX. En Cuba también los casos mayores de corrupción estatal tienen que ver con ese distanciamiento de una empresa que se supone que es propiedad de todo el pueblo, pero que el pueblo no se ha enterado que es de su propiedad.

P.- ¿Y las apetencias políticas emergentes?

R.-Apetencias políticas siempre va a haber. ¿Cuáles apetencias políticas?

P.-De los nuevos actores económicos.

R.- Apetencia política suena una cosa muy fea, porque ya lo estás calificando con un despectivo. Hay vocación a la política. Creo que hay aspiraciones legítimas y hay aspiraciones que no lo son y se pueden demostrar en la práctica, en la historia. Mira, el Partido tendría que ayudar más a discernir cuáles son aspiraciones legítimas y cuáles ilegítimas y proveer de cuadros y ayudar a la educación, más que tratar de decirle a la industria lo que tiene que hacer y a la economía lo que tiene que hacer. Eso es falso, eso no se resuelve de ese modo.

Aquí no se va a producir más azúcar porque un dirigente, por alto que esté, visite las fábricas todas las semanas y salga en la televisión diciendo que aquí hay que hacer esto y aquí hay que hacer lo otro; después el dirigente se va y lo que queda es lo mismo que había antes que el dirigente llegara.

Eso no se resuelve así; ahí hay un problema de estructura, de métodos de trabajo. Ah, el dirigente se ocupa, va a la fábrica, va a la base, bueno, está bien, eso es una virtud; puede ser muy austero en su vida personal, y eso es otra virtud; puede ser modesto en su trato -eso es más difícil de encontrar- pero bueno, eso es otra virtud; pero nada de eso, todo eso metido en un paquete no basta para resolver el problema de la economía, que es, implacablemente matemático, y para que el resto funcione, tiene que funcionar la economía.

¿Por qué lo que hicimos en los 60 no se pudo sostener? ¿Por qué se derrumbó? ¿Por qué hubo una bancarrota económica? Bueno, porque nos metieron un bloqueo encima, que encarecía todas las importaciones, entre otros males. Pero hay más.

Nosotros nos lanzamos a las grandes reformas. Cuando decidimos en el año 61, después de la Campaña de Alfabetización, que la educación iba a ser gratuita, hasta la universitaria, nadie se preguntó con qué economía se iban a pagar las escuelas. Y cuando decidimos que la salud iba a ser gratuita, en el 65, nadie se preguntó cómo se iban a pagar los hospitales. Entonces, nosotros fuimos acumulando ese default económico que las grandes transformaciones sociales nos trajeron.

P.-Pero eso era inevitable, si no para qué una Revolución…

R.-Ah, ¿entonces hay que llegar a la conclusión de que fueron un error? No, porque si no se hacen esas transformaciones sociales no se mantiene el consenso de la población; entonces, había que hacerlas, pero hubo que afiliarse al CAME para poder costearlas, porque todo eso se costeó después que Cuba entró en el CAME. El CAME costeó, no solamente el desarrollo de la economía que se iba a producir desde entonces, sino los grandes saltos que se habían dado con la justicia social, desde los 60. La economía cubana no está llena de fracasos como suponen muchos; está llena de aciertos bajo una presión excepcional. De lo contrario, no estaríamos aquí parados y el país no tendría una esperanza de vida, después de 25 años de crisis ininterrumpida, de cerca de 80 años. De lo contrario, yo no estaría aquí con 76 años.

Post scríptum

“Y si Marx aparece por esa puerta, ¿qué le diría?”. La pregunta, un intento por conseguir como plusvalía una humorada de último minuto, bailaba en la punta de la lengua, pero no osé a más atrevimiento.

Diestro en sutilezas, me había hecho saber- indagando con la secretaria el destino malogrado de su ticket de comedor- que la hora del almuerzo era una raya roja que no iba a ser violada. Le ofrecí buscar un sándwich de la cafetería más cercana, pero dispuso que se iría a casa. Al fin y al cabo, los sociólogos también tienen un estómago que defender.

Acerca de Lilibeth Alfonso

Periodista del periódico Venceremos.

Publicado el julio 17, 2015 en Uncategorized y etiquetado en , , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

Deja un comentario

Suite

Después de la tormenta, otra tormenta.

AVENTURAS SIGILOSAS

CRÓNICAS EXTRAÑAS SOBRE SUCESOS COMUNES

Santiago Arde

Es Santiago y siento orgullo

La mariposa cubana

un capullo de cubanía y de fidelidad

siro4el

Sátira, Realidades, Cuba en el mundo

Dicen que la utopía...

No he estado enumerando las manchas en el sol, Pues sé que en una sola mancha cabe el mundo. He procurado ser un gran mortificado, Para, si mortifico, no vayan a acusarme...

El Almiquí Político

Blog personal del periodista cubano Javier Ortiz

Observatorio Crítico Cubano

¡Lucha tu yuca, taíno!

El Blog de al Lado

TAMAL, pero hay que HACERLO BIEN!

Mira Joven (Cuba)

Verdades sin nerviosismo

Hair Love

Proyecto dedicado al cuidado del cabello natural, la afroestética y el cuidado del cuerpo y la mente a través del Kundalini Yoga y las terapias orientales

westerncongri.wordpress.com/

Western Congrí. Blog personal de Ariel Montenegro

Dialogar, dialogar

Este blog es un homenaje al Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz y al destacado intelectual cubano Alfredo Guevara, ambos defensores de una imprescindible cultura del debate en el socialismo

KOKACUB@

“ocultar o callar es medio camino para mentir, mejor decir siempre la verdad.”

Un pedacito de Mar

un espacio para echar a navegar ideas...

Desde mi ínsula

Revolución, Socialismo, Participación

Hablar contigo de mi

... para contarte en primera persona lo que a otros les digo en tercera.

Primada de Cuba

De Cuba soy

Miguelnoa's Weblog

Just another WordPress.com weblog

Espacio libre

El mundo es muy amplio para que se escuche una sola voz. Desde Cuba escribo, y quiero compartir este espacio con todos los que quieran ser escuchados

Santiago Express

El Correo del Oriente

Cubanito en Cuba

Desde La Habana, Cuba

Cuba desde Moa

Un sitio para la reflexión certera desde Moa y sobre Cuba

Con Salvador por la victoria

¡Sonríe! Estás en el mejor sitio WordPress.com

Historias de vida: Blog de Mabel Pozo Ramírez

Historias de personas que viven, aman o sueñan con estas tierras del Oriente de Cuba,Guantánamo

Javier Trejo

Para mis amigos, mi comunidad y los amantes de la literatura

ZONA de STRIKE

AQUÍ SOLO HABLAMOS DE BÉISBOL

La Polémica Digital

Espacio para debatir sobre Cuba

Cybermambí

Tras la verdad tecnológica

The Young Cuba Blog

This is a blog where you can dialogue about Cuba. A space provided by young people in the University of Matanzas

Cuba profunda

Un espacio para las catarsis cotidianas...

La Cosa

El blog de Julio César Guanche. En Cuba “la cosa” es una expresión coloquial utilizada para referir a “la situación”. “¿Cómo está la cosa?” alude tanto al estado de la nación como al chisme de barrio. Suelen verse por separado “lo público” y “lo privado”, pero la pregunta por “la cosa” nos remite al vínculo entre ambos.