El dato o la vida….El trabajo con las fuentes periodísticas.
Las fuentes, ay las fuentes. Las hay de todas formas, redondas, cuadradas, con varias caras, como casas de espejos, como fábricas de globos…, pero están ahí, necesarias y buscadas por todos los periodistas nacidos y por nacer. El dato, o la vida.
Todas tienen en común la necesidad urgente de quedar bien parados ante la prensa, así como nosotros -los periodistas- la nuestra de no dejar pasar gatos por liebres y, en todo caso, cogerlos en el intento.
Es una relación de amor-odio que funciona a las mil maravillas casi siempre con indulgencias de parte y parte, con cariñitos no demasiado glotones por aquí y por allá.
El asunto es que las necesitamos. El caso es que muchas veces nos rehúyen. Es el contrapunteo de nuestro oficio, vivamos en Cuba, en China o en Kuala Lumpur.
No sirve lamentarse. Entrenarnos sí.
Con la fuente hay que trabajar con astucia. Uno es periodista y tiene el derecho…, pero si una cosa tiene que funcionar en el trato con la fuente es la empatía. Ese que te atiende no es, en ningún caso, un enemigo.
Oígame, porque en casi 10 años de periodismo he logrado maravillas con mi sonrisa y mis buenas maneras. Y no los llevo suave, pero me guardo de malas formas, incluso de envalentonarme con sus desplantes.
Lo contrario, andar por ahí como hormigas bravas, lo único que hace es cerrar puertas. Y de esos carae’tranca conozco a unos cuantos.
Otro asunto, es la confianza. Una fuente que ve a un periodista equivocar una información que le proporcionó -para bien o para mal, en este caso no importa- difícilmente te abre nuevamente la puerta de buen talante.
Algunas fuentes, incluso, están traumadas y quieren ver las notas que tomas, o te exigen mandar el trabajo por correo, para pasarle la vista por si… porque antes les pasó y hubo explotes y huevos fritos de todos los colores.
Así que otro mandamiento para una buena relación con nuestras fuentes es caerles como bichos, revisar una y otra vez, y tratar por todos los medios de no equivocarnos.
Por otro lado, hay que saber preguntar. Con excepción de algunas muy generosas y parlanchinas, por lo general una fuente no te responde nada que no le preguntes. Verdad de perogrullo, no? Pero cuántas veces he visto a colegas irse con la de palo porque, sencillamente, no sabían.
Y para saber, hay que estudiar o por lo menos preguntarlo todo. No hacerse el sabihondo ni pretender que conoces de todo, es fundamental. Es mejor parecer estúpido que equivocarte y serlo.
También, hay que ser éticos. Y cuidadosos. Se agradecen las cortesías, pero por mucho trabajo que se pase y por muchas necesidades que se tengan no se vale hacer concesiones porque entonces pierdes todo el respeto.
Y respeto, en general. Llegar temprano a las entrevistas aunque siempre seas el que espera, andar limpio y con todo listo para tomar notas, usted, permiso. Ustedes saben…
Y no tirar la toalla. En la vida, los no nunca son definitivos. O casi nunca. Insistir, enamorar, hacer de todo. De todo, por el dato bendito que necesitamos para hacer periodismo, así sea un información.
Y si no te funciona. A la fuente siguiente, mi gente, que los datos no son de una sola persona…Va y con la segunda tienes más suerte. Ahh, y no te olvides que en nuestra profesión, a la tercera todavía no va la vencida.
Publicado el May 28, 2013 en Lo mío primero... y etiquetado en congreso upec, Cuba, fuentes, periodistas. Guarda el enlace permanente. 19 comentarios.
Bueno, ya se sabe, están la reticentes, las cooperativas y las compulsivas. Hay de todos los tipos y nosotros hemos tenido que padecerlas y hasta aprovecharlas. Con tus años de experiencia, Lili, creo que ya las conoces de sobra. Dime cuáles abundan por allá…. Un abrazo….
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Las secas, jajajaj. En cualquier momento, comenzamos a abrir pozos…
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Lili me gusta la réplica, y ello me ha ganado varios enemigos, pero te cuento algo que me sucedió al poner en entredicho a un colega por manejar incorrectamente las fuentes y equivocar la información al trabaajr con ellas, intenté hacerlo cambiar de estrategia comunicativa, pero se aferró a sus más de cuarenta años en el ejercicio del periodismo y que el podía darme clases a mí, incluso llegó a amenazarme con la Comisión de Ética, imagina la crisis sufrida ante una persona así, me dijo que yo no era su colega, etc, etc….Nuestro periodismo, el cubano, está enquistado en muchas rutinas que deben derribarse para que funcione como bien narras en tu post, es una verdad de perogrullo…..Los jóvenes no pueden alzar la voz porque los mayores lo regañan, el oficio no puede criticarse porque todo se vuelve muy personal….
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Es la verdad. Las rutinas no son malas, de hecho agilizan el trabajo y son una herramienta más, pero hasta las herramientas se oxidan no? Yo no doy nada por sentado, a estas alturas todavía me pregunto si podré dar en esta profesión. Sin esa duda, creo yo, nada funciona. Y con las fuentes es igual. Gracias por el comentario.
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Supongo que durante los dos últimos años he gozado de un oasis. Escribo un periódico sobre y desde la Ciénaga de Zapata, y el cenaguero es la persona más servicial y amable que puedan encontrarse. Con ellos nunca hay No se puede, todo es Sí, como no.
Cada trabajo que he deseado hacer, he encontrado puertas abiertas, apoyo absoluto…paradisíaco, les digo. He sido casi mimada por las fuentes allá.
Pero antes de eso, me toco la cruda y dura realidad de los directivos que esconden la bola para no llenarse de… ustedes saben. Viví también los pedacitos de «esta semana no puedo atenderte y la próxima tampoco»
Veo a mis colegas quejarse de las fuentes, las fuentes, la fuentes. Casi que dan ganas de cantar «Al ánimo, al ánimo, la fuente se rompió!!»
Pero tienes mucha razón en lo que planteas, Lily. Casi que escribiste un Manual para lidiar con las fuentes jijijijijiji.
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ojalá fuera un manual jajajajajaja. Esa felicidad que vives ahora, qué bien. Es genial que todo el mundo te abra las puertas y de información a borbotones. En tu entorno eso no es peligroso, por las características que narras. Pero en el mío, bueno, el día que todas las fuentes me abran las puertas gustosas y no me pongan peros creo que me da una cosa: eso es que algo no estoy haciendo bien. Porque el buen periodismo es como un novio que te quiere quitar la ropa en público, o por lo menos el bueno. Es cosa de instintos tratar de taparse. Gracias por el comentario.
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Hola Lilith. Aqui a cada rato sales esto en las noticias y casi siempre cuando la noticia esta bien candente » contactamos a ____ pero declino comentar».
Cuando la fuente no quiere dar la cara, no asumir responsabilidad, eso tambien es noticia. Muchas veces te da mas informacion que cuando hablan. Aquiello de quien calla, otorga.
Quizas si dos o tres veces saliera en el periodico que no quieren dar la cara, quizas se diganban a darla mas.
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A veces sale, de hecho está saliendo por lo menos en la prensa provincial, en nuestro periódico. No siempre, por supuesto, pero es lo que digo, también hay que tener tacto y ganarse a la fuente. A mi poca gente me dice que no.
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Lilith, tu te adivinas una persona encantadora, muy linda por fuera y dulce por dentro, y con mucho nivel profesional. Tus articulos tiene mucha calidad y se leen bien facil. Muy bien construidos. Se este de acuerdo con lo que digas o no.
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yo no escribo para que estén de acuerdo conmigo, y me asustaría cuando eso pasara con todo el mundo. Mis artículos casi siempre están bien construidos, porque es cuestión de técnica. Eso que escribí son hechos, y lo de mi sonrisa no es mentira, pero no es privativo de mí, hasta Charles Chaplin habló del poder de una buena sonrisa.
Si tiene algo que decir, suéltelo, pero lea primero. Lo que publico no sale a veces en las ediciones digitales ni lo cuelgo en mi blog porque quiero que éste sea lo más personal posible, que responda a mis intereses. Pero no es todo. Hay cosas que hago por oficio, pero estoy orgullosa de muchas cosas que he hecho, y de muchos líos que me he buscado por decir cosas. En fin, usted sabe que yo respeto los pensamientos ajenos.
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Realmente no veo porque tengas que explicarte y acalorarte tanto ante un cumplido. Porque decirte dulce y linda es eso, un cumplido, No una ofensa.
Decir que pareces muy profesional y que tus articulos estan bien construido tambien es un sincero halago. Y si digo que estan bien construidos tus articulos porque he leido primero. No crees?
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ok, mis disculpas.
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Siempre, no importa si uno lleva uno o diez años haciendo periodismo, choca con las fuentes. Yo, por ejemplo, no tengo tu experiencia y ya caí o estuve a punto de caer en todo tipo de trampas hasta que les descubrí la estrategia.
La universidad no te prepara para lidiar con ellas. Eso lo enseña la cotidianidad reporteril. Eso te lo enseña mirar de frente a quien debe dar la información, al entrevistado, y calcularlo bien, medirlo de la cabeza a los pies, y contrastar con otros todo lo que te dice porque el margen de mentiras (no confundir con el de error) es muy grande.
Un periodista amigo llama «escurridizas» a esas fuentes difíciles, que se rehúsan a dar informaciones públicas pretextando que son secreto de Estado, y también califica así aquellas que te hablan y te hablan y te hablan sin decir nada aunque el periodista insista, insista, e insista preguntando lo que necesita saber…
En esos casos, como tú dices, se pueden buscar una, dos, tres… nuevas fuentes, o también, como hacía alguien que conocí: emplazar públicamente a quien intentó envolver con palabrería barata, insustancial y mentirosa al reportero que la mayoría de las veces de quien único puede obtener el dato imprescindible para su investigación de esa fuente seca.
De todas formas, creo, lidiar con las fuentes, en principio, no tiene más técnica que el respeto y la humildad.
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concuerdo.
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Reblogueó esto en Lente de Aumento.
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Lo que más funciona es la sonrisita, jajajjaja, aunque en tu mente le estes matando de la enfermedad que no se imagina, pero ser agradable siempre te abre una puerta. Ahora si se cierran realmente otra persona tendrá el dato, a la corta o la largo, la fuente, sea redondas, cuadradas, con varias caras, como casas de espejos, como fábricas de globos, termina como tu «mejor amigo»
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Excelente catálogo de comportamiento, saber lo que se quiere y saber encontrarlo, son los retos del periodismo. Pero antes, saber hacia dónde se quiere mover el carro de la historia, porque el periodismo es movilizar para y construir qué, preguntas ineludibles. La noticia por la noticia no existe.
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Disculpen la intromisión, yo no soy periodista, pero en mis largos años de vida como investigador cultural he lidiado con “las fuentes”, como la base y sustento de mi trabajo. El respeto físico (limpieza corporal, la corrección del vestuario, el sostenimiento atento de la mirada y la sonrisa junto al tono pausado y calmo de la voz, pero con la firmeza de la convicción que le sustenta) y el respeto intelectual (la auto preparación previa, la claridad de los objetivos y súper objetivos que nos motivan, la integridad y la capacidad de brindar confianza en que nuestra palabra es nuestra firma legal, nuestro mayor crédito) son indispensables. El poder que posee el comunicador social para establecer corrientes de opinión y fundamentar criterios es invaluable y cuando “las fuentes” saben que serán expuestas en sus propias palabras, y que la responsabilidad de su imagen está en sus manos y no en las nuestras, que seremos fieles a los datos que nos han brindado – por los que ellos serán garantes y en última instancia estos serán su mayor defensa – y nosotros sólo seremos responsables de nuestros juicios y análisis (rigurosos y serios sin complacencias pero sin manipulaciones ni alevosas tergiversaciones) se creará el puente ideal de la comunicación. Así cuando cada quien comprende la cuota de responsabilidad que le corresponde en la ecuación se crea en la responsabilidad compartida.
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