Archivos diarios: febrero 6, 2014
Un cuento corto
Mi amigo, Richar Wilson, me escribió esta mañana, después de leer uno de mis últimos post, y me dijo «Lili, yo quiero comentarte una historia, para ver si te sirve de algo», y contó. Contó que aquello había sucedido cuando aún era joven y vivía en Cuba, cerquita de mi casa, a unos metros de la Estación de Ferrocarril.
Un día, me dijo, en esos años en los que tenía la cabeza en «los bolsillos», iba pasando con unos amigos por la Cafetería de la Terminal de Trenes cuando un loco les pidió un peso. Entre los tragos y el bonche, esa manía tan nuestra de chotearlo todo, me confesó, terminaron burlándose del hombre que, tranquilamente, les «devolvió» unas palabras que recuerda hasta hoy:
«Está bien, pero recuerden que la vida es rotativa y circuntancial». Y aquello, rememora Richar, le removió hasta el alcohol en la sangre. Fue una inyección de realidad, un recordatorio de que sólo el presente es seguro, que el futuro es una incógnita con tantas variables que apostar por uno posible es una pérdida de tiempo. Pero, sobre todo, es una magnífica lección de empatía.
Tanta fue la impresión que, «al llegar a la barbería -a menos de cien metros de donde todavía permanecía aquel hombre, que cree un loco hasta hoy- yo regresé sobre mis pasos y le di el peso que antes le había negado. Le compré la enseñanza y valió la pena. Desde entonces la llevo conmigo».