Dibújame una oveja: El Principito cumple 70 años

Lo leí gracias a un amigo que lo compartió en facebook y me vi, hace más de 20 años, manoseando un viejo ejemplar que terminé una y otra vez antes de decidirme a devolverlo a su legítimo dueño.

Fue la única vez que pensé, seriamente, en robarme un libro o, por lo menos, en hacerme la chiva con tontera y decir se me quedó, se me perdió, nunca lo vi…

No fue hasta la universidad que pude, por fin, comprar uno en una Feria del Libro y guardarlo para mí. Después, he comprado otros y los he puesto en diferentes partes del librero, no sea que se me pierda alguna vez y me quede, nuevamente, sola.

Por eso, la noticia no puede dejarme como si nada. El Principito, con sus frases de culto, tan simples que podría escribirlas un niño -y así fue, de cierta manera, aunque su autor Antoine de Saint Exúpery era bien grande cuando lo escribió- y tan profundas como si en vez de la imaginación las hubiera desenterrado del alma de la tierra.

 

 

 

 

 

 

 

Es, dicen algunos, una historia sencilla sobre un pequeño príncipe que, un día, abandona su mundo y recorre otros planetas. Regresa al fin de una forma amarga, tanto que todavía no sé si es un libro para niños o para adultos.

Acá está la nota, con más información seria. Porque ya sabemos que las personas mayores son así…

Se cumplen 70 años de El principito (Le Petit Prince) El principito (en francés: Le Petit Prince) es una novela corta y la obra más famosa del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry (1900–1944).

La obra fue publicada en abril de 1943, tanto en inglés como en francés, por la editorial estadounidense Reynal & Hitchcock, mientras que la editorial francesa Éditions Gallimard pudo imprimir la obra recién en 1946 tras la liberación de Francia. Incluido entre los mejores libros del siglo XX en Francia, El principito se ha convertido en el libro en francés más leído y más traducido.

Así pues, cuenta con traducciones a más de doscientos cincuenta idiomas y dialectos, incluyendo al sistema de lectura braille.1 2 La obra también se ha convertido en uno de los libros más vendidos de todos los tiempos, puesto que ha logrado vender más de 140 millones de copias en todo el mundo.

Después de 27 meses en América del Norte, Saint-Exupéry regresó a Europa para volar con las Fuerzas francesas libres y luchar con los Aliados en un escuadrón basado en el Mediterráneo. Con 43 años, no sólo era más viejo que la mayoría de los hombres en servicio, sino que también sufría dolores, debido a sus múltiples fracturas.

Fue asignado con algunos otros pilotos a un escuadrón de cazas bimotor P-38 Lightning, que un funcionario describió como aeronaves «desgastadas por la guerra, sin condiciones de aeronavegabilidad».3 Después de destrozar un P-38 debido a una falla de motor en su segunda misión, se quedó en tierra durante ocho meses, pero fue reinstalado en misiones de vuelo por la intervención personal del General Eisenhower.

Charles de Gaulle públicamente afirmó que Saint-Exupéry apoyaba a Alemania. Deprimido por esto, el piloto comenzó a beber en exceso.4. En 1998, un pescador llamado Jean-Claude Bianco encontró, al este de la isla de Riou, al sur de Marsella, una pulsera de plata de identidad (gourmette) con el nombre de Saint-Exupéry y de su esposa Consuelo5 y sus editores, Reynal y Hitchcock, enganchado a un trozo de tela, probablemente de su traje de vuelo.

En 2000, un buzo llamado Luc Vanrell encontró los restos de un P-38 Lightning esparcidos en el fondo del mar frente a las costas de Marsella, cerca de donde se encontró el brazalete. Los restos del avión fueron recuperados en octubre de 2003.