Volver a ser yo. Confesiones de una madre.
Quienes me conocen, saben que mi vida tiene un antes y un después de Isabella. Ella llegó a mi vida en la mañana del viernes 13 de mayo de 2011, pesando 6,13 kilogramos y larga, con los ojos abiertos, sin una gota de pelo y un llanto fuerte y puntual.
Desde entonces, nada ha vuelto a ser como era. Dormilona profesional y haragana a más no poder, desde que mi peque nació nunca más he dormido una noche del tirón, a pierna suelta. Si llora, me levanto y si no, igual me despierto para ver qué le pasa que no llora.
A ella le dedico mis días y mis noches. Desde que Isa me espera para echarse sobre mi pecho a cantar las 25 canciones de un disco de canturías infantiles que ha sobrevivido a todo, se me extraña o eso dicen, en los conciertos de todos los géneros, en las exposiciones de los amigos, en las madrugadas de tragos y trova seduciendo los viejos bancos del parque José Martí.
Desde que me espera, no sé qué es un café largo en La Indiana, donde sobreviven la bohemia y pernoctan -no uso mal la palabra- muchos amigos sin perros, gatos o pollitos.
Con Isa, he aprendido a aguantarlo todo. A encontrar en sus ojos grandes la razón para el latido regular en el pecho y la confianza en el mañana, y me he educado en no decir tantas palabras porque los niños no hacen lo que le dicen sino lo que ven.
Hace unos días, se me fue una semana para La Habana, y pensé que por lo menos en ese trozo de año podría volver a ser yo misma, la de antes, por supuesto.
Pero la costumbre es un diablo que se mete en el cuerpo y no sale ni con candela. Porque yo pensé que iba a poder salir, y aprovechar las actividades de la UNEAC y zambullirme de nuevo en ese mundo cultural que adoro.
Esa semana, recuerdo, hubo al menos dos conciertos y un par de exposiciones, una de ellas de mi entrañable amigo Ángel Laborde. Tenía, como ahora, siglos sin visitar mis amigos más queridos, de ausentarme en esos espacios que te sumergen en el debate y la ricura de las buenas compañías.
Pero nada hice. Solamente dormí un poco de más, o sea que me acostaba más temprano y me levantaba un poco más tarde, aunque seguía levantándome en las noches, para ver por qué no lloraba.
Isabella cambió mi vida y lo agradezco porque nada se compara a su abrazo, a sus ojos plebeyos que son como la mirada de Dios, a los que no se resistiría ningún cielo.
Para ella, quiero ser la mejor madre del mundo. Todavía no lo soy. A veces se me olvida lo inocente que es y le exijo estar quieta, y decir pipi antes de hacerlo. A veces me incomodo porque quiere tocarlo todo, y no entiende que en los días de cierre tiene que dejarme escribir porque todo es contrarreloj, y hace lo que le da su gana.
Todavía no lo soy porque no le tengo toda la paciencia que debiera, y a veces le doy sus nalgadas terapeúticas, y la dejo llorando porque quiere que la cargue y yo tengo una montaña de ropa por lavar, y la comida en la olla esperando por los condimentos, o cosas por terminar, empezar o arreglar.
Pero es mi objetivo. Ser la mejor madre del mundo para ella, como lo fue mi abuela conmigo, a pesar de la generación intermedia. Quiero que me haga pasar muchas otras malas noches, cuando tenga que irse para la escuela tempranito, y luego a la universidad, quiero que todo me lo cuente, y que no haya discusión que no admita perdón entre nosotras.
Eso quisiera. Y que mañana, cuando se levante y se lo pida, me de un beso mojado y una mordidita, y me cante felich felich en chu díaaaaaaaaaaa.
Publicado el May 12, 2013 en Uncategorized y etiquetado en 13 de mayo. Guarda el enlace permanente. 7 comentarios.
Tu eres la mejor madre del mundo que no te quepa duda
Lo que yo pensaba que tu antes y tu después empezaba conmigo
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Tu eres la mejor madre del mundo que no te quepa duda
Lo que yo pensaba que tu antes y tu después empezaba conmigo
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buena madre, y donde está el coprotagonista de esa historia…? justicia, por favor… porque sin padre, el que te cambie a esa nueva condición, madre no hay…
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Ayer era el dia de las madres y no del coprotagonista.
Espero hayas pasado un muy feliz de las madres, Lilith.
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eso le digo yo: hasta isa así fue… como con razón la gente dice: con las glorias se olvidan las memorias…
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jajajaja, mi amor bello, tú eres también el protagonista de esta historia. No te me pongas celoso.
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Quien hubiera visto un post de Isa para su mamá este domingo. Segurito que, conociéndola, el post hubiera sido algo así como «jdiasdiahsdiu hsadiugsyfuysdgfhsdsjnn fdjasidfjisdfh» que en leguaje bebé quiere decir «Te quiero mami, pero ahora atiéndeme y deja la computadora».
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