Decir de todo, pero donde hace falta
Yo en mi vida he saltado el charco para salir fuera de este país, así que no me permitiré comparaciones: Diré simplemente que Cuba es como una gran esquina donde todo se discute.
Algunos, de esos que adoran sistematizar, dirían que los tópicos más famosos son el baseball, la política y el clima. Yo digo que más que cualquier cosa, llevamos la polémica y el pero en la sangre, y los temas son sólo un pretexto para explayarnos.
Como mismo sucede en la pelota, en esas enormes gradas que constituyen la sociedad, en cada hueco hay un manager, un presidente del banco mundial, un licenciado de calle que sabe de todo y se juega la vida.
Pero, a la hora de la verdad, en los espacios de participación se debate, se cuestiona muy poco. Y eso es un sinsentido, resultado de ese vicio de estar todos de acuerdo que traemos como un rabo infernal de los años más difíciles de la Revolución.
Porque hay cosas que decir, y muchas. Cosas que se resisten a las explicaciones de siempre y que no tienen nada que ver con causas externas.
Es, empero, un fenómeno complejo. Incluso ahora que la polémica reaparece en algunos círculos de la intelectualidad -con mucho de chancleteo y de sospecha todavía, según lo veo-, en la base de la sociedad todavía no llegan los avances.
Incluso cuando los dirigentes piden ser más abiertos, y se ha declarado una guerra contra la unanimidad en muchos espacios, la verdad es que todavía se quedan muchas cosas por decir en las reuniones, en los espacios donde es necesario que se digan cuatro cosas de lo malo, o de todo un poco, para soltarlas luego como trapos que necesitan de sol.
Y ahí comienza todo. Porque ese silencio que muchos pudieran confundir con pensamientos confluyentes y aceptación, esconde una seria tendencia a rehuir de todo lo que sea meterse en candela.
Nada se salva. Sucede en todos los espacios, de arriba a abajo y viceversa. Lo mismo se ve en una asamblea de trabajadores que en los niveles más elevados de participación popular.
Todo mientras la calle, autosuficiente y mordaz, anda por otros rumbos.
Publicado el May 8, 2013 en Lo mío primero... y etiquetado en Cuba, participacion, pueblo. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
Los dirigentes piden ser mas abiertos? Cuales dirigentes? Los mismos que proclamaron el partido unico y que controlan toda la prensa?
No, ellos no son la solucion, sino el problema.
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