Sueldo de periodista

Vivo en Guantánamo. Soy periodista en Guantánamo. Gano 465 pesos al mes que, en realidad, se convierten en 406 si restamos el crédito por uno de los refrigeradores «lloviznados» de la Revolución Energética. Colaboro, ocasionalmente, con la televisión y mis ingresos se incrementan, pero sin exclamaciones demasiado audibles: si acaso dos o tres libras de carne más, en los mejores tiempos.

Y sí, estudié gratis aunque sostiene Beatriz -que es mi madre biológica- que le costó bien caro, cuando me enfermo, cosa que ocurre con poca frecuencia, lo único que me cuesta es el transporte hacia y desde el Hospital y, si está en falta en el botiquín familiar, el tratamiento químico que corresponde, y  como todo buen cubano que vive en Cuba acudo puntualmente para «coger los mandados» de la bodega, aunque invariablemente me queje de que no alcanzan para nada.

De todas formas gano una mierda -para los que ahora mismo se ofenden los remito a El Necio. Silvio Rodríguez. Cd Silvio 1992-, tan mierda que si ahora mismo se hiciera efectivo el impuesto sobre el salario mis ingresos al año estarían dentro del mínimo exento de pago, hoy fijado en 10 mil pesos.

Para ser exactos, gano poco más de la mitad de esa cantidad. Cinco mil quinientos ochenta pesos. 223.20 pesos convertibles con los que ni siquiera pudiera comprarme un sofá para sentarme a esperar, cómodamente, a cuando se decidan a subirle el salario a los periodistas que, por demás, somos el gremio más disciplinado y paciente del mundo.

Vivo, no obstante, calzo, visto, y tengo una casa decorosa, pero no es a mi salario de provincia ni al de mis ascendentes al que debo agradecerle por ello.

Soy, en resumen, de las que menos debería quejarse, pero lo hago aunque una y otra vez mis colegas de los noticieros me lo repiten que solo habrá incrementos de salario cuando sea un hecho la producción de bienes…